jueves, 19 de marzo de 2009

Y el ADIÓS, podría ser una LÁGRIMA

Tu última palabra, quizás pueda ser un adiós, no lo sé, que se escuche como un eco rebotando dentro de mi mente, hasta desvanecerse, imaginando los espacios que sentiré sin tiempo de latidos en mi corazón, viviendo solo tinieblas en las noches, con sombras que aparecerán y desaparecerán burlonamente con el rostro oculto, sin dejar nunca, el rastro claro de la verdad…,
Sin aliento, por una razón existencial, mueren los pensamientos que pudieran ser para mañana un deseo para seguir viviendo, pero que lentamente agonizan hoy, por falta de un amor sincero y sentido sin ataduras en brazos de la ignorancia humana...,
Se vestirá mi pecho el día menos esperado de flores carmesí, que despedirán aromas de olvido y se quedaran en el aire, sobre mi frío ataúd de madera preciosa, para irse luego tras de ti, como huellas marcadas e inequívocas de lo que fuiste en mi vida a lo que serás en el próximo amanecer al despertar viéndote sola y desamparada, entonces, solo entonces, talvez, aquel adiós ausente, pudiera mutar francamente en esa lágrima de añoranza tardía, por lo que realmente fui junto a ti, pero que jamás, derramaste dignamente frente a mi.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 19/03/2009 01:00 PM.

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