miércoles, 4 de marzo de 2009

CIERRO los OJOS



Para no ver la realidad que me rodea cada amanecer, pero en mi interior observo que la soledad vivida se ha vestido de oscuridad, cubriendo parte de lo sentido en la piel durante tantos, pero tantos años juntos. Divinos recuerdos se han perdido tristemente para siempre, sumidos en la incertidumbre abismal de las tinieblas impenetrables por tu olvido, sin ninguna orientación y esperanzas de poder ver nuevamente la luz del amor, a través de tus bellos ojos verdes…,

Para no pensarte, pero los espacios infinitos de ausencias, despiertan las ansias durmientes del corazón en el silencio del vacío, retumbando como tenues ecos, quedando a la angustiosa e impredecible espera, que en algún momento al mirarte, me sorprendas igualmente mirándome, notando mi presencia sinceramente frente a ti, abriendo tus anhelados brazos, para entregarme aquellos dulces besos que fueron negados en el ayer, pero con tiempo y libertada para amarnos…,
Para no imaginarte, pero la realidad añorada, no puede engañar ni por un instante a la ficción buscada, divagando en la eternidad de un sufrir, por el miedo a la muerte, que redimirá con ello el dolor de la perdición, sin tomar en cuenta que la vida sucede un día tras de otro su inexorable curso para buenos y malos, en nacientes epifanías.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 20/02/2009 03:15 PM.

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