jueves, 12 de marzo de 2009

ENTRE hojas que llevaba el VIENTO

En un lejano parque, caminaba un hombre bajo una lluvia teñida de oscuridad y sin rumbo fijo, marchaba este desterrado de amor, sin un norte como horizonte, sus pasos eran cortos pero seguros a la vez, mientras la fina y persistente llovizna calaba su ropa, hasta los huesos, de repente se detiene en una intersección, buscando orientación y sus lágrimas sintió correr lentamente por su triste y ya no tan joven rostro y mirando al cielo, sus recuerdos del ayer despertaron dentro de su mente, provocándole con un nudo en la garganta que lo ahogaba, un sollozo aun mas grande que el anterior, por la soledad que embargaba su corazón. Era mucha la añoranza y la desesperación de volverla a ver, pero dolorosamente recordó, que hoy los separaba un amargo fracaso y una desilusión vivida, por años en silencio…,
Se aunaron las hojas aparecidas de un almanaque que alguien anteriormente recorriendo el mismo camino y sintiendo su propio dolor, había desojado como una margarita, dejándolas caer anónimamente una a una, quizás sumido por otra tristeza de olvido, que solo cuentan los hombres de valor, que no mueren después, de las penas sin glorias, con solo el intento…,
Continuo su arduo andar, internándose poco a poco, en una espesa neblina que apareció de la nada, cubriendo todo ese viejo, pero hermoso parque de niños, con sus caminerías. Dijo mas tarde, un oriundo del lugar que lo vio todo anonadado, que acto seguido, inmediatamente se disipó por completo la neblina, dejando una noche clara y con Luna, pero de aquel pobre e infeliz hombre que penetró su manto con su mirada baja nunca mas supo, había desaparecido como por arte de magia, en otra dimensión paralela y desconocida, hasta el día de hoy.
-------------------------------------------------------------------------
Sergio Yglesias García
Caracas, 12/03/2009 02:00 PM.

No hay comentarios:

Publicar un comentario