M agia existía en tus bellos ojos verdes, que al mirarlos hacían crecer lleno de amor la flor de la vida, dentro de mi corazón enamorado…,
A manecer de esmeraldas, esperanzado, después de estar perdido y sin orientación en las tinieblas de una noche sin Luna, con solo un poco de luz, reflejo en los ojos de un alma, que despertaba lentamente de un letargo de desamor…,
G anas cohibidas de amar, amando a su vez, la materialización por un pensamiento prohibido al mirarte en silencio, abriría las puertas al cielo…,
A lzar las manos, tocando lo intocable, por difícil de lograr al pensarlo, seria volver a caminar desnudos pero seguros, en los espacios olvidados de ayer, pero con tiempo hoy de recuperarlos juntos, tomados de las mismas manos que en el pasado fueron esquivas, seria crecer…,
L eer de los labios resecos, el deseo de un beso, seria porque no decirlo una vez, al mundo libre, lo que era algo tan natural de dar y recibir, por dos personas que antes fueron amables, seria volver a sentir el dulzor suave de la miel…,
Y acer en tus anhelados brazos, con la convicción luego de poder despertar a través de una sentida mirada, eso seria, vivir un sueño.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 26/03/2009 02:30 PM.
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