martes, 10 de marzo de 2009

CON los brazos ABIERTOS

Esperé y esperé, por tu regreso y con los brazos abiertos de para en par, finalmente el cansancio me venció y solo una lágrima sentida me acompañó al rodar lentamente por mi rostro, mientras mis recuerdos fluían sin cesar, fueron muchos los años de felicidad vividos junto a ti esposa amada que nunca podré borrar fácilmente de la mente, por ser muy nuestros y verdaderos, vividamente cada amanecer al despertar…,

Aguardé y aguardé, por un retorno que nunca llegó, pero con esperanzas y gran fe, solo yo pensé, que podría suscitarse como un milagro de amor, sorprendiéndome tú al despertarme de mí hermoso sueño, con un dulce beso de aquellos que negados por los espacios sin tiempo, olvidados quedaron de darse en mis resecos y partidos labios.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 10/03/2009 04:00 PM.

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