Que Tú, rompiste sin piedad con los pies al despertarme, viéndote aun fingiendo dormir tranquilamente, por no querer notar mi presencia, recordada frente a ti…,
Concentrándome lo mas que pude, sin llegar a derramar lágrima alguna de soledad, puse el corazón a latir en aquellos precisos momentos sentidos y hasta una media sonrisa en mis labios resecos dibujé, al recordar por instantes divinos esos detalles significativos vividos, por aquellas dos personas amables, cada amanecer en sus anhelados brazos…,
Los dos, desnudos al viento, amándonos profundamente a la orilla del mar, como solo ama un hombre a una mujer hermosa, cuando se siente que es completamente amada, sin reglas y condiciones que cumplir, recordando también, que por el ruido de mis besos en tu sensual boca y por las caricias que lentamente recorrieron tu sensible piel al tacto, volaron en estupenda formación un grupo de palomas blancas deleitándonos la mirada, por el milagro de haber logrado en tan solo un encuentro, aquel amor hermoso que nacía bajo un bello cielo azul a la orilla del mar.
-------------------------------------------------------------
Sergio Yglesias García
Caracas, 24/09/2009 10:30 AM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario