jueves, 24 de septiembre de 2009

Y TÚ, que hiciste con mi pobre CORAZÓN

Al permitir que YO me enamorara, de la forma en que solo un hombre sinceramente se enamora de una hermosa mujer, recuerdo que tus bellos ojos glaucos, dieron el libre paso por llamado, para que mis ansiosos labios besaran apasionadamente, tus anhelados labios rosados, enseñando a besar tu boca, con besos muy sentidos míos, pero que TÚ, muy pronto olvidaste, como también aquel efusivo abrazo que sincronizó al instante, aunado con una suave caricia en tu sensual hombro, el latir nervioso de tu corazón en nombre de aquel soñado e inesperado amor, que nació aquella noche, junto al mío, sin lograr saber nunca, que sus días de feliz convivencia, estaban tristemente contados, por un cruel y doloroso destino escrito de desamor.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 24/09/2009 11:30 AM.

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