Rebotando dentro de la cabeza, pero ya no eran un simple reclamo por algo sin mayor importancia, ahora fueron, más profundas y sentidas por el alma, latientemente presente por el corazón, reflejadas igualmente en la mirada cuando en el fondo, tenían un deje de adiós, que aun para los pelos, de solo recordarlas una vez más, por ser algo inesperado, que provendrían de ti, una noche sin antes avisar, que el final estaba cerca, muy cerca en verdad...,
Pero que marcaron pautas, dividiendo nuestros caminos en la vida, en dos diferentes destinos, uno al Norte y otro para el Sur, seremos polos opuestos, que se atraen con el pensamiento, pero que se repelen al despertar de su embeleso al recordar que hoy los separa, un fracaso y una desilusión, por un desamor vivido...,
Y que dejaron huellas imborrables, oscureciendo los sueños, más anhelados de verse, cada amanecer juntos, llorando por ellos tardíamente en la distancia, que es ahora olvido, de todo vivido, lamentando sin remedio, lo que nos faltó por vivir en los brazos, si con tiempo, sensatamente nos hubiéramos sentado a la mesa, para evaluar lo ocurrido, aplicando luego lo aprendido por nuestros errores.
Pero que marcaron pautas, dividiendo nuestros caminos en la vida, en dos diferentes destinos, uno al Norte y otro para el Sur, seremos polos opuestos, que se atraen con el pensamiento, pero que se repelen al despertar de su embeleso al recordar que hoy los separa, un fracaso y una desilusión, por un desamor vivido...,
Y que dejaron huellas imborrables, oscureciendo los sueños, más anhelados de verse, cada amanecer juntos, llorando por ellos tardíamente en la distancia, que es ahora olvido, de todo vivido, lamentando sin remedio, lo que nos faltó por vivir en los brazos, si con tiempo, sensatamente nos hubiéramos sentado a la mesa, para evaluar lo ocurrido, aplicando luego lo aprendido por nuestros errores.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 11/09/2009 01:00 PM.
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