De que valdría, que en mis labios hoy deposites un beso arrepentido, que fue negado ayer, buscando hidratar desesperadamente de amor el tiempo perdido, por la sed habida en el pasado de pasión, si al besarme seguramente descubriré por los espacios de desamor, distintos sabores en tu boca diferentes al mío, por otros amores habidos,
Que importaría ahora, que me toques suave y dulcemente toda mi piel, desnudándome con el pensamiento al mirarme con tus hermosos ojos glaucos, sonriente, mostrando el brillo de los dientes de perlas, como si nada hubiera sucedido entre nosotros, aparentando sentirme en verdad dentro de tu corazón inconmovible, por recobrar del terreno perdido hace años, un cariño que ya está muerto y enterrado, muy profundamente en el olvido,
De qué interés sería el escucharme con atención por un instante divino recordado, sin hablar Tú, siempre, si ya la razón de ser en mi, por sentimiento, no existe y no volverá a existir jamás efusiva y naturalmente, para poder crecer latientemente dentro de mi corazón solitario al mirarte, cada amanecer al despertar en tus anhelado, pero ausentes brazos.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 30/09/2009 04:30 PM.
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