Se ven los rostros con lágrimas sentidas correr, pero nunca más allá, profundamente, donde existe un dolido corazón que sufre en silencio por los errores, que jamás pudimos evaluar sensatamente juntos, para luego poder aplicar lo aprendido a tiempo, sin un mayor desamor en soledad...,
Somos enemigos a las puertas del corazón, olvidando lo que fuimos a lo que somos hoy, en que la guerra de la indiferencia, pudo más finalmente que la paz reinante, durante tantos años de felicidad en los anhelados brazos, cada amanecer al despertar...,
Solo existe oscuridad del alma, reflejando en la mirada, sombras, sobre recuerdos, que fueron motivos, por detalles en ojos llorosos, que dejaron de ser vida consentida, contemplando tristemente como nuestro amor de ayer, se aleja para siempre, porque ya no existe nada, nada entre los dos, de que hablar.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 14/09/2009 03:20 PM.
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