Mi vida tenia nombre y el sentir apellido, pero, sin un sufrir triste y doloroso por la mujer amada, dueña de mis sueños con desvelos por vacios de desamor, sumido en las oscuras noches de soledad, abandonado y sin orientación, perdido en las profundas tinieblas del olvido sin ninguna orientación por lo vivido…,
Vivido, son los tormentos, que despiertan inquietando mis recuerdos con la impaciencia siempre presente de la desesperanza, de si tendré otro impredecible amanecer, solo, sin poder tenerte a mi lado, para amarte y besarte, como besa un hombre enamorado la piel desnuda de una hermosura hecha mujer, en brazos del anhelo mismo, hoy convertido en lagrimas de estío…,
Estío, que tienen las mañanas de total ausencia, donde el pensamiento por lo divino, revive con prisa y sin pausas, por nunca saber, si después de esta habrá otra oportunidad de poder soñar despierto, sin morir en el intento.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 15/09/2009 10:00 AM.
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