Notando mi presencia sincera frente a ti, pero no con ello, busco la consagración de escritor que nunca tuve y menos por quien no siente hoy lo que las letras por si solas, tratan de decir en silencio por mí, desde la distancia del olvido, pero Tú has de saber, que si por ti un día redoblaron las campanas de la libertad triunfante, mañana podrían ser ellas mismas quienes callen sin avisar anunciando tu derrota total, porque quien nunca perdonó con amor, tiene un destino cierto de vivir amargos recuerdos dentro de su propio infierno de soledad...,
Viendo tus hermosos ojos glaucos abiertos a mi mundo agonizante de luz, aunque mis ojos lloren una lágrima mas de estío por añoranza, solo quiero un instante de tu preciada atención, que Yo por cambio de eso, me despido, entregándote la pluma ahora que por años me acompañó y por si esto fuera poco, hasta el tintero también acompaño, pero lleno esta vez, de la tinta sangre de un corazón que muere desterrado en lo oscuro, por falta del sentimiento que había en tus anhelados brazos, cada amanecer al despertar, como razón de su existir.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 30/09/2009 01:30 PM.
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