viernes, 25 de septiembre de 2009

ALMAS en CONFLICTO

Casi tan gris como es el mar de invierno, fueron tus ojos verdes mutando su color aquella noche en que dos almas en vela encolerizadas, retaron un destino escrito imposible de cambiar. Las miradas del silencio fueron desde el principio de esta trágica historia triste, espadas filosas y amenazantes, listas para ser desenvainadas al primer desliz, mostrando a veces, su brillo intimidante en la oscuridad, midiendo fuerzas calculadamente, para una sangrienta batalla que comenzaría en cualquier momento del amanecer.
Retroceder ahora envainando cada uno su hoja mortal, era imposible al no estar planteado, sino la guerra que fue finalmente declarada al despertar, luego de agotarse todas las fatídicas negociaciones, solo restaba esperar, quién daría su primera estocada, con coartada de palabras sutilmente hirientes, pero convincentes ante la ciega justicia, que podrían ser frente al juez, la mejor carta de triunfo, reclamando un vasto y rico territorio en disputa como su trofeo de victoria, porque el que salga airoso de esta disputa, se quedaba con todo, mientras que el perdedor, cabeza abajo lentamente iría caminando atravesando la puerta del juzgado, agonizante, con tan cruel herida mortal, en la miseria de su propio olvido, porque en cosas de pleitos por desamor, en muchas ocasiones, mas puede el interés oculto, que el amor que siempre se debió tener claramente a la vista, preservándolo ante Dios.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 25/09/2009 09:30 AM.

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