Con lágrimas del alma que cuelgan en los ojos, por tristes recuerdos vividos del corazón, doliente y querida, que mueren lentamente por su propio silencio de olvido, que ha marcado sendas pautas de dolor en el corazón, reflejadas penosamente en ojos con desamor, que en verdad, no quisieran mas llorar, por los espacios perdidos, sin tiempo de amarnos, donde la ausencia del verano en los brazos, solo dejó un largo invierno, helando de la sangre en las venas, toda la pasión habida, que antes, con solo mirarnos, fue vida consentida…,
Presente y pasado, por un ayer, que es un hoy, que ninguno ha logrado borrar de su mente a pesar de lo vivido y con un fracaso a la espalda que fue la desilusión, de lo sentido en la piel durante años, cada amanecer al despertar, en que, con besos y caricias sutiles, se avivaba la braza, para que cuerpos sedientos de amarse, se quemaran totalmente de puro placer, pero que importa ya la vida aun por vivirse, después de esta separación, si somos ahora dos gotas por llanto de estío, que agonizan fríamente abandonadas en el fondo de una copa rota, por un desamor.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 16/09/2009 12:30 PM.
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