Con ese odio reflejado en tus bellos ojos verdes, porque el mismo mal que desees para mi en mi silencio, te lo haces a ti, lo que sucede, es que todo es cuestión de tiempo y espacio, para verlo, sentirlo y padecerlo alguna vez, en completa y amarga soledad vivida con llanto…,
Con ese olvido de la mente, como si vieras por primera vez hoy, a un desconocido por enemigo a las puertas de tu corazón inconmovible, con las armas de la altivez dispuesta, aunado a ese orgullo que demuestras al pasar, cuando no deseas recordar, notando mi presencia de ayer, sentida frente a ti.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 21/05/2009 10:00 AM.
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