Lágrimas de soledad, que ruedan por rostros desencajados, pero que al caer lentamente al frío piso, forman una blanca espuma, como las olas en la orilla, dejando entrever de cada burbuja ante de estallar, recuerdos vividos, que fueron anhelos sentidos en el corazón, quizás, expresados sinceramente con un beso o en el lenguaje inequívoco de una hermosa flor, símbolo de aquel o por ese amor, que en palabras, nunca se describirían bien, al poder faltar alguna…,
Las ganas cohibidas, que reflejadas en los ojos por el alma, aun persisten en seguir latiendo, dentro de lo que hasta ayer, fue una vida consentidamente y libre, llena de queridos y dulces besos, con suaves caricias que recorrían la piel sedientamente desnuda, por manos habilidosas, que con delicada pasión naciente y emotiva, hacían historia, hecha poesía viva, cada amanecer al despertar, con una fresca sonrisa de perlas, en brazos y por el deseo sincero, de ese amor verdadero, pero que hoy agoniza lentamente, en la oscuridad del olvido.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 18/05/2009 04:30 PM.
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