Mojando la ventana, observo lo semejante que son a las lágrimas de dolor de ausencia que por ti derramo, cada despertar, por esta soledad de tinieblas aprendida, en la cual me dejaste abandonado y sin ninguna orientación, de poder volver a ver el Sol naciente, cada amanecer de mi vida...,
Pienso en silencio, lo triste que debe ser, estar desterrado a morir en lo oscuro, como un vil traidor, por un desamor en el corazón, que solo prevalece en ti, al no querer notar mi presencia sentida de ayer, hoy en tus anhelados brazos…,
Estimo del silencio, que debe ser como una respuesta bendita del cielo, para un sentenciado que yace lentamente en el olvido, por haber amado, sin ser amado sinceramente, porque de un cariño muerto y confeso ante Dios, no existe, ni existirá nunca, el rencor reflejado en sus ojos, por la luz de un alma en pena que perdida vaga dando tumbos, en los espacios oscuros y sin tiempo jamás, para el amor.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 19/05/2009 11:00 AM.
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