Miradas que se esconde con el rostro oculto de la verdad, en las sombras de un pasado común vivido, con el sonido que dejó un flan en el tiempo, visto a través de una vieja foto amarilla, congelada en los espacios de desamor, por los recuerdos, que despertaron dentro de mi mente, como divinos espejismos que permitieron interpretar sentidamente con lágrimas de soledad y añoranza que corrían lentamente por mi rostro, que sostenías una vez mas, tras el cristal por un instante divino, tu mirada vivamente glauca con la mía, rememorando momento que fueron detalles de amor, con una sonrisa de perlas, esos amaneceres de despertares hermosos en los brazos, cubierto con besos que se deslizaban de bocas hambrientas de pasiones dormidas, pero que despertaban erizando hasta la saciedad, la olorosa piel desnuda…,
Miradas que se esconde con el rostro oculto de la verdad, por ojos como la esmeralda, en la distancia, por el olvido, permitiendo al dejar ver cosas, que interpreta como deseos latientes el corazón enamorado, luego fuiste desapareciendo de la imaginación poquito a poco, envuelta en las mismas tinieblas espesas de aquella noche de Abril, en la que te marchaste de mi lado, sin dejar orientación y decir adiós, dejando de mis labios en silencio, las palabras precisas y sinceras, por una reconciliación, que nadie escuchó, de un alma en pena que reflejó en ojos del olvido, destellos de un sufrir con dolor, en amarga soledad vividamente sentida.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 18/05/2009 01:00 PM.
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