EL COLOR de la INDIFERENCIA

Casi tan gris, como es el mar en invierno, es el color de la indiferencia reflejado en ojos, por un alma que en pena, no para de llorar, añorando el regreso de lo mas querido, por lo mas amado, cuando se ha perdido para siempre, por un desamor sentido dentro del corazón, visto cada amanecer nublado al despertar, como lágrimas del ayer, que por un sufrir de soledad en silencio, ruedan lentamente por el rostro cayendo sin dueño al frío suelo del olvido y hoy se devuelven como fina lluvia divina del cielo, empapando cuerpos desnudos en las noches, hasta calarles los huesos, llenos de deseos prohibidos, que cohibidos de lo mas querido en los brazos, aun son añoranzas retenidas en la distancia, por los espacios sin tiempo para el amor, como una sabia lección, por no haber sabido evaluar los errores, para luego concienzudamente con toda calma, aplicar lo aprendido, por todos esos años de amarga convivencia, juntos.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 15/05/2009 02:45 PM.