martes, 12 de mayo de 2009

CASI tan GRIS como es el MAR de INVIERNO

Son mis amaneceres en soledad, sintiendo el vacío de la ausencia inclemente que vive mi corazón, en la distancia a causa del olvido, de todos aquellos gratos recuerdos del ayer, que fueron vida, cada despertar en tus anhelados brazos…,
Son las lágrimas de añoranzas, que veo correr, lentamente por mi rostro, cuando con foto en mano, observo detenidamente aquellas dos personas amables, que se amaron con pasión cada día, jurándose luego ante un altar de Dios, su amor eterno…,
Es el color que refleja mi alma a mis ojos marchitos, faltos de ver sentimientos sanos y escritos en tus bellos ojos glaucos, cuando al llegar a casa con grandes esperanzas, consigo que aun estás acostada, fingiendo que duermes, por no querer notar mi presencia, frente a ti…,
Es el dolor de olvido con el cual vivo sumido, por ese amargo olvido, que se enraíza en mis desvelos, ramificando como una hiedra en silencio, ahogando sin piedad y misericordia, por la impotencia de no poder ser revividos una vez mas, aquellos motivos hermosos del pasado que fueron nuestros detalles mas queridos, por los cuales amarnos y adorarnos cada amanecer al despertar, rememorados en soledad, como vivencias irrecuperables y perdidas de vivirse, por los espacios infinitos, sin tiempo para el amor.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 12/05/2009 03:00 PM.

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