miércoles, 6 de mayo de 2009

CUANTO recuerdo aquellas dos personas AMABLES

Que un día se conocieron por casualidad a través de Internet, poemas, versos y poesías, dejaban muestra clara de un amor limpio y puro que en un principio fue virtual, para en corto tiempo después, se encontraran los espacios debidos, para unir sinceramente ablando en persona ambos sentimientos en uno solo, dentro de un mundo blanco y mutuo, lleno de luz por amor y paz en convivencia. Años pasaron de dicha y prosperidad, hasta un amanecer al despertar que comprendí al mirarte que fingías dormir y supe con lágrimas en mis ojos que corrían lentamente por mi rostro, que ya no querías notar mi presencia, cuando sabías bien internamente, que por tu forma de ser, me estabas acortando la vida en silencio con profundo dolor de ausencia, pero cómo hablar contigo, si cada parte de mi pensamiento era tuyo, al no poder encontrar la palabra exacta que llamara la atención precisa, sin darte a entender que habías ganado antes de empezar a evaluar lo ocurrido, para luego haber intentado aplicar lo aprendido por nuestros errores, en todos estos años, por habernos dormido una noche mas, en los laureles de la suerte, para nunca despertar del embeleso, consientes y amándonos, acotando esos motivos sublimes, que en el ayer, fueron detalles con movibles, consumados en brazos del anhelo, tocando el cielo con las manos, por un amor jurado y sellado con un beso, ante el altar de Dios.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 06/05/2009 12:00 PM.

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