Con los brazos abiertos esperé, poder abarcar estrechando un amanecer hermosamente despejado contra mi pecho, que no fuera con dolor y llanto, pero al despertar mi destino escrito fue confirmado, como previamente fue pautado, con soledad como forma de vida y tristezas por alegrías, no pudiendo conceder nuevas estrellas el cielo, cuando de por sí, ya se ha nacido estrellado.
-----------------------------------------------------------------------
Sergio Yglesias García
Caracas, 28/05/2009 04:45 PM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario