De todo lo vivido y sentido en la piel, cuando en el silencio de las noches en soledad, las lágrimas de añoranzas al caer rebotan como finos diamantes por llamados del corazón, arrastrando consigo, sentimientos agonizantes de olvido, que cubriendo el rostro con las manos, escapan como el agua entre los dedos, sin poderlo evitar, nunca…,
Aunque se busque sinceramente un amanecer despejado, motivado por una olorosa rosa roja sobre tu anhelado pecho desnudo, para si así, notas mi presencia, francamente frente a ti, pero las tinieblas del eterno sufrir, impiden que la luz de tu alma, la traspasen, mostrando su color de vida, en un camino de esperanza, por un mismo destino, reflejado en tus hermosos ojos glaucos…,
En los espacios habidos, que son vacíos que a veces, difícilmente se recuperan, fuera del tiempo destinado para amar, porque si mi amor de ayer, cada amanecer al despertar en tus suaves brazos, no marcó pautas en el latir de tu corazón, llenándolo de sentimientos apasionados, la razón hoy escrita en la mirada aletargada, no existe.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 26/05/2009 11:00 AM.
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