martes, 19 de mayo de 2009

EL TIEMPO fue testigo MUDO

Sentado en la arena de aquella playa, mirando las olas del mar, llegar con tal fuerza, hasta entregarse estrellándose en la orilla, convirtiéndose luego en fina y blanca espuma, hasta regresarse vencida nuevamente al mar, buscando su antiguo espacio, medito por un momento en el silencio que guardaba la noche, por nuestro amor de ayer y con lágrimas que corrían, lentamente en mi rostro, pienso que en esta guerra por medir fuerzas y aguante, ni TÚ y YO, tuvimos nunca la razón, sino el TIEMPO, como testigo mudo, por los errores del ayer, que jamás evaluamos con antelación y sensatez, para luego, haber podido aplicar lo aprendido, por todos esos años juntos, de amarga convivencia.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 19/05/2009 12:15 PM.

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