viernes, 6 de noviembre de 2009

RECUERDO

Como eran tus llegadas a mi brazos, pidiendo con la mirada glauca de ángel, amor y con un dulce beso en mis labios, despertabas las ganas durmientes del día anterior, para que te amara profundamente con dedicada pasión, apartando suavemente con mis manos el bello cabello de oro del rostro, dejando al descubierto tu cara juvenil, viendo reflejado en tu sensual boca la hermosa y fresca sonrisa de perlas de la reina que siempre fue en mi vida, la mujer amada, dueña de mis sueños más anhelados, notando mi presencia…,

El bien que hacía, escuchar de tus labios, tu voz aterciopelada diciéndome al oído, TE AMO cada amanecer, confirmando enamoradamente que eras la mujer más feliz del mundo, viviendo momentos sublimes con detalles sentidos a mi lado, que hasta me ponías a pensar con solo mirarte, por lo igualmente de afortunado y feliz que sentía latientemente el corazón junto al tuyo, por permitirme darte tanto cariño, llevándote del brazo al pasear con la frente muy en alto, orgulloso, sin saber nunca, la adversidad que la vida me tenia deparado como cruel destino trazado, cuando aquel fatídico dial, te marchaste de mi lado, sin alegarme absolutamente nada, del ¿por qué ?, de esa decisión que tomaste sin avisarme, dejándome sobre la cama con tu ausencia, preguntas, que aun hoy, después de tanto tiempo me hago, sin poder obtener respuesta alguna, con tu eterno silencio de olvido.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 06/11/2009 10:00 AM

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