Observando como el tiempo pasó al abrir la ventana de mi vida al mundo, viendo que las flores que ayer fueron verdes, hoy están muertas en el jardín, sus hojas reposan sin color en la dura tierra, dando muestra de una dura y larga soledad vivida, donde las lágrimas derramadas, no fueron capases de revivirlas en la espera de su eterno regreso y con su silencio por reclusión selló su destino, muriendo lentamente dentro de su corazón cualquier ripio de sentimiento por amor, viendo cada amanecer, un cielo gris, como es el mar de invierno…,
Sin querer a veces hacerlo, por ser divinamente bello, porque al abrir los ojos, volverá frente al espejo, la verdadera realidad vivida, de arrugas en el rostro, sin una risa dibujada en los labios, viendo mas canas que han salido, sin avisar, los años pasan y se quedan no perdonan espacios perdidos de desamor, irrecuperables, con cuantas ilusiones esperé con los brazos bien en alto y abiertos, dispuesto siempre a amarte, perdonando errores con toda el alma blanca en la mano, sin llegar a preguntarte nunca, un solo ¿ Por qué?, de este sufrir aprendido, abandonado y sin orientación en las tinieblas del olvido, por Tú, no querer notar jamás, mi presencia sinceramente recordada, al mirarme con algo de amor, frente a ti.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 26/11/2009 05:00 PM.
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