Dos almas despiertan en sus asientos, en diferentes aviones que van dejando tras su cola una estela de dolor, con aroma de amor del ayer vivido tantas veces en los brazos con un beso y una flor que sorprendía cual detalle y motivo de sentimiento de sincera sonrisa, todo ha quedado en silencio por el pensamiento, reservado, solo para quien al menos lo tenga hoy presente sin olvidar lo hermoso que fue toda una vida consentida, como razón de su existencia, cuando el amor fue sincero y verdadero, reflejado en los ojos, sin tiempo y espacio de espera…,
Dos seres despiertan sobreponiéndose en sus asientos, con lágrimas de añoranzas que tardías se deslizan lentamente sobre rostros infelices llenos de recuerdos que el orgullo mostrado frente a frente, dejó oculto, llevándoselos uno al Norte del Sur, alejando sentimientos que antes fueron uno, por esas personas amables que se durmieron un día con placer, despertando luego y sin avisar con profundo desamor enraizado dentro de sus corazones, inconmovibles de miradas sentidas, caricias en la piel y palabras de llamado suave al oído, que el viento finalmente se llevó para siempre de nuestro alcance.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 18/11/2009 01:00 PM.
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