Silbando suavemente al oído, pero otras interpreta una mente que no deja de pensar en soledad, por lo que el corazón añora llorando y el alma refleja en los ojos del tiempo, frente al espejo de la vida, misma, con el rostro oculto de la verdad...,
Mientras el mundo gira, sin darnos cuenta y rodamos y rodamos sobre la cama, intentando encontrar la paz perdida, que nos ayude a conciliar el sueño, sin más desvelos, aferrándonos a una almohada como confidente, llena de recuerdos húmedos de ayer, que aun hoy, no han secado…,
Que son ecos cautivos que rebotan y rebotan dentro de espacios de desamor sentido, por aquellas dos personas amables que se durmieron un día sobre los laureles suaves del placer en los brazos, para nunca más, amanecer juntos al despertar, notando su presencia, desvaneciéndose lentamente sus recuerdos en el olvido.
Mientras el mundo gira, sin darnos cuenta y rodamos y rodamos sobre la cama, intentando encontrar la paz perdida, que nos ayude a conciliar el sueño, sin más desvelos, aferrándonos a una almohada como confidente, llena de recuerdos húmedos de ayer, que aun hoy, no han secado…,
Que son ecos cautivos que rebotan y rebotan dentro de espacios de desamor sentido, por aquellas dos personas amables que se durmieron un día sobre los laureles suaves del placer en los brazos, para nunca más, amanecer juntos al despertar, notando su presencia, desvaneciéndose lentamente sus recuerdos en el olvido.
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Sergio Yglesias García
Caracas,15/10/2009 05:00 PM.
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