viernes, 26 de junio de 2009

LE debo a la NOCHE el SUEÑO y al día el desvelo ETERNO

Por los recuerdos de lo que pudo ser y no fue, hijo(a) mío(a), mirando tantas cosas hermosas que con amor de padre ilusionado había comprado para ti, decorando con mis propias manos el que sería tu cuarto, junto a tu madre, ahora todo es silencio, solamente interrumpido por momentos tristes, cuando una lágrima esquiva al rodar por mi rostro, cae al frio suelo como esa añoranza perdida de amor, por lo que pudo ser y no fue, a causa de ese cruel destino escrito que impidió el tú no estar hoy presente a mi lado, para amarte y quererte, como solo puede amar y querer, un buen padre a su hijo(a), anhelado, a lo largo de toda su vida.

Q.E.P.D.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 26/06/2009 02:40 PM.

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