lunes, 25 de enero de 2010

LLEVO dentro del pecho el corazón SANGRANTE

Por cruenta herida, sin razón de explicación y aunque podría desangrarme por la simple mirada de tus hermosos ojos glaucos, no me importa, si nuevamente me notaras sentidamente con el alma, recordando sinceramente mi presencia anhelada de ayer en tus queridos brazos sobre tu suave y oloroso pecho desnudo, no sabes cuánto te añoro aquí mismo donde deberías estar, para amarte eternamente, sin lágrimas de nostalgias que derramar, pero no puedo verte, para estrecharte fuerte, solo imaginarte y nada más, pero Tú si quieres, si puedes, porque en tus manos está la forma por manera de darme libertad, rescatando del olvido con un beso, todo lo vivido y sentido en la piel efusivamente, durante tantos años, juntos,
Y de mis ojos dos lágrimas negras, una por ti ausente y otra por mi presente mujer amada de mi desesperación, por tener un pasado tardío contigo, que no evoluciono en el presente, logrando un futuro mejor y ahora somos dos seres en uno que en la distancia del silencio, agonizan sus ganas cautivas con una canción, observando lentamente como de sus rostros se deslizan tristemente sentimientos, cayendo en copas de vino, al ser recordados hoy solamente ante la vida, por su trágica historia de amor, como doliente y querida, de dos seres amables cualquiera, que se durmieron una noche en brazos, con dudas, pensando en espacios de desamor, despertando sin tiempo nunca más para el amor.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 22012010 09:30 PM.

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