Aprendiendo primero a perdonar, llorando de corazón este olvido, entonces, tus lágrimas sobre mis lágrimas, serán todas una, sentidas por entero en el alma, sin temor de evaluar juntos lo ocurrido, aplicando luego lo aprendido en soledad, con la verdad en los labios y sobre las manos una flor…,
Porque todos necesitamos amor para vivir, con sentimientos sanos de profunda devoción, que se lean en la mirada, cuando de la boca las palabras estén demás, para que dentro de ti, como de mi, con el resurgir de la fidelidad, nos descubramos, valorándonos un poco más, renaciendo nuevamente esa sinceridad, por ese amor perdido del ayer…,
Yo soy un hombre que busca siempre una razón de existencia, no pretendiendo ahora, después de tantos años unidos, callar tu nombre por desamor, negando así al mundo, que un día nos amamos con dedicada pasión en los brazos, para no tener que llegar a decirte nunca, adiós.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 19/01/2010 02:00 PM.
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