Tú jugabas a enamorarte y entre sonrisas y sonrisas, Yo te fui amando, como solo ama un hombre a una mujer hermosa en pensamientos, pero cuando el juego fue en serio, al tomar tus suaves manos para acercarte e intentar besar tus labios, opusiste resistencia y lo que hasta ese momento fue alegría, se tornó de otro color apartándome de ti y mirándome con tus hermosos ojos azules los míos tristes, respiraste profundamente, mientras el travieso viento alborotaba tu bello cabello de oro, diciendo estas palabras precisas que nunca he logrado olvidar en el tiempo, que siempre me quisiste en silencio, pero como el mejor amigo que habías tenido en tu vida.
De espacios libres que teníamos para bien dispensarnos algunas veces, saliendo y compartiendo muchos lugares gratos solos, como si fuéramos los mejores hermanos de sangre, pero con tu negativa de aquel día, como verdad, por dentro sentí morir lentamente la flor de la vida, por el amor que por ti sentía, tejiendo falsas ilusiones que modificaron con la espera mi edad y el camino que junto a ti, me había trazado en la mente construyendo imaginariamente un mutuo y posible mundo blanco de luz, amor y paz, que más tarde, cambió mi destino escrito, en uno solo, pero de dolosa soledad.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 04022010 12:00 PM.
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