domingo, 21 de febrero de 2010

CUANTO duelen las NOCHES de SOLEDAD

Que se viven frente a la vieja chimenea, con una taza de oliente chocolate en una mano que tiembla nerviosa en cuanto recuerdos divinos del ayer, comienzan a florecer en una mente que no ha dejado de pensarte, por momentos sublimes, que son detalles del alma y no se pueden dejar pasar de alto, por no sufrir en un instante un minuto más del dolor debido, aunque por ello, en los ojos aparezcan nuevamente esas lágrimas cohibidas por tristes nostalgias de un corazón cautivo que se deslizan por el rostro lentamente, hasta caer al frio y negro piso, por tu ausencia que ha querido decir olvido...,
Escuchando lejanos silencios que trae el viento, rotos algunas veces, con el rechinar del sillón meciéndose o del crujir de los leños al quemarse hasta quedar, cenizas, sí, cenizas, iguales a las de este amor, que por desamor dejaste en la intemperie de los espacios sin tiempo de sentimiento, al no querer notar, recordando mi presencia sentida frente a ti, cada amanecer al despertar, con un beso y una hermosa flor, que suavemente acariciaba, llenando en inmenso placer, la piel de tu anhelado pecho desnudo.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 21022010 10:30 AM.

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