No puedes reflejar la efusividad del amor de ayer, hoy sinceramente en tus expresivos y bellos ojos glaucos, de los cuales un día, me enamoré sentidamente…,
No quieres notar francamente la presencia de los latidos de mi corazón, sobre la suavidad de tu oloroso pecho, despertando la pasión aletargada y viva que existe en ti…,
Lo que antes nos atrajo en silencio con gran anhelo, extendiéndonos las manos, ahora nos distancia inalcanzable en el olvido, por todo lo vivido y sentido en la piel desnuda durante tantos años juntos…,
Los sentimientos escritos durante nuestra larga historia cada amanecer al despertar, se están atenuando irrecuperablemente en la oscuridad del desamor, por los espacios perdidos sin tiempo nunca más de amarnos, en los brazos…,
Esa flor de la vida, por ese amor tan querido por los dos, jurado ante Dios, con un dulce beso y un anillo en el dedo, dejó de crecer dentro de tu corazón inconmovible.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 16/04/2009 09:15 AM.
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