De mirada lánguida en un punto perdido del firmamento, con el pensamiento saturado de preguntas, buscando las respuestas que ni Dios responderá…,
Igual que estabas ayer, nuevamente sumida en las mas profundas creencias de un sufrir de soledad, cobijada en el mismo rincón oscuro, con el rostro oculto, sintiendo el correr lento de un sufrir en cautiverio, con lágrimas de olvido por ese sentimiento herido, que hoy como las mías, nunca terminaran de fluir como castigo, por este desamor vivido…,
Recostada en el frío piso, con la pena aun acuesta a tu espalda, por no afrontar valientemente esas cuatro letras que permanecen retenidas por tus labios, al no querer notar mi presencia, negando y negando con la cabeza baja, una verdad latente, que a pesar de todo, carcome tu alma impura en pleno silencio.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 14/04/2009 04:00 PM.
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