miércoles, 15 de abril de 2009

COMO DOS

Bellas luciérnagas, fueron tus ojos verdes, alumbrándome el camino más corto y seguro, hasta tus anhelados brazos, cada amanecer al despertar sobre tu pecho desnudo…,
Divinas joyas valiosas en verdad, fueron las gemas por esmeraldas, de tus preciados y hermosos ojos glaucos, cuando querías notar, mi presencia sincera frente a ti…,
Luceros que brillaban en la oscuridad, fueron por tus añorados ojos, motivo de vida, para este corazón herido, que ahora agoniza lentamente en plena soledad y olvido, por tu desamor sentido. ---------------------------------------------------------
Sergio Yglesias García
Caracas, 15/04/2009 01:30 PM.

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