jueves, 3 de diciembre de 2009

QUE difícil fue el ADIÓS

Mirándonos con lágrimas correr lentamente en el rostro, sintiendo aun amor, pero dolido, latientemente cautivo dentro del corazón, reflejados por el alma en los ojos, por instantes divinos que morían de ganas, al comprender que ya juntos no podíamos estar al hacemos daño, lo que tal vez separados, si lograríamos, al intentarlo, siendo más que tristes amantes de momentos unos buenos amigos, que sentados a la mesa puedan conversar como cualquier otra pareja tranquilamente una noche, compartiendo un café, dejando atrás el vivir sumido en soledad, por añorar un mundo perfecto a los pies, blanco de luz, amor y paz, jamás encontrado, mirando el cielo azul, soñando despierto, soportando lo imposible de sobrellevar en silencio, por mantener con vida a la vista un amor sano por el que dirían, que enfermo se ahogaba en lágrimas, sobre nuestras propias manos, sin poder hacer nada, nada de nada al respecto, al nunca querer hablarnos, mirándonos todo el tiempo en silencio…,
Sintiendo de puertas adentro a veces amor, pero con un toque de desamor, al no querer notar, con ojos abiertos del corazón la presencia en los brazos cada amanecer al despertar, recordando de los labios del ayer el dulzor de un beso anhelado y de la piel desnuda que sedienta de suaves caricias, agonizaba en espacios oscuros de eterna espera, las ganas de vivir sintiendo pasión, que hubieran sido hoy vida, si tu pensamiento en el pasado, hubiera sido al mirarte como el mío, rompiendo esos amargos silencios por barreras que en la distancia marcó pautas de olvido separándonos inalcanzablemente al no poder seguir conservando cerca con una sonrisa sincera, lo más querido, por demás de amado, frente a frente, tomándonos las manos al pecho, recibiendo un beso en los labios.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 03/12/2009 10:00 PM.

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