Acompáñame a estar solo un minuto, sin mostrar las más mínimas huellas tardías por ganas húmedas de amar escritas en los ojos, porque las mías reprimidas, hace tiempo se secaron en los espacios perdidos del desamor, con la ausencia aprendida de tus brazos, por quien solo quería amar sobre tu pecho desnudo un sueño, sintiendo la suavidad de piel por la mujer amada, sin tener que recordar hoy en soledad, parte de su ayer incompleto, por no ser nunca pasado, anhelando aun con suma tristezas, lo no vivido en tu cuerpo, cuando pudiste ser Tú, el complemento de vida consentidamente amorosa, si aquella noche de Abril, cuando mas necesite de ti, hubieras notado mi presencia, sin fingir dormir profundamente dándome la espalda, dejando escapar la mejor oportunidad habida de ver parados a la ventana otro amanecer azul, sin nubes grises dentro de un mejor mundo blanco de luz, amor y paz, que hubiéramos sido capaz de reconstruir con sabiduría, al haber evaluado antes lo ocurrido, aplicando juntos lo aprendido, por nuestros errores del silencio, sin mirar atrás, tanteando de buscar ofuscadamente entre tinieblas de olvidos, razones por hechos que den derecho o no, para amargas culpas, por todo aquello que se llamó motivos por detalles de amor y que quedaron de nacer, descubriéndose sinceramente en los brazos esquivos por desamor.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 31122009 06:00 PM.
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